Soy Luna Rudolf, tengo 16 años y vengo de Berlín. Visité la Deutsche Schule Temperley por tres meses, desde principios de marzo hasta fines de mayo del 2022.

El idioma español ya lo hablaba gracias a que mi madre es argentina y exalumna del colegio, y yo voy a un colegio bilingüe con español. (Friedensburg Oberschule Berlin).

Aún así, al principio tenía mis dudas, miedos y preocupaciones; sería aceptada, me sentiría cómoda con la familia que me aloja, podría seguir las clases, encontraría amigos, me podría adaptar, etc.

Ahora puedo decir que estoy muy agradecida por haber hecho este intercambio y que esta experiencia fue muy enriquecedora.

Claro que hubo muchos desafíos y varias dificultades, pero siempre tuve personas a mi lado que estaban dispuestas a apoyar y ayudarme. Al principio tardé un poco en acostumbrarme a todos los cambios y las novedades, pero fui aceptada enseguida cariñosamente por mi curso y todo el personal escolar y al final de los tres meses ya me sentía como parte tanto de la familia, del grupo de amigos como del curso y de la escuela.

Me acostumbré tanto y me sentí tan bien, que me resultó difícil la partida.

No es fácil irse solo a otro país, pero los esfuerzos y las dificultades valen la pena. Uno conoce nuevas personas, hace amistades profundas y vive experiencias únicas. Es una vivencia que te marca para toda la vida y te hace crecer y madurar como persona.

Estoy muy feliz y agradecida por haber podido vivir esta experiencia y se la recomiendo a todos.
Luna